Gracias Juanma, me llamó la atención prestada al apartado de la escorrentia y la infiltración donde se comenta lo de la infiltración del agua a lo largo de los propios cauces, pues es algo que he observado en muchos barrancos de la isla y que de hecho creo que ya lo he comentado, este mismo invierno lo pude observar en los barrancos de la ladera sur del Bejenado, donde se podían ver importantes arrastres y escorrentías de agua en todas las cabeceras próximas a la cima, y sin embargo en el tramo medio del Barranco, ya en Los Llanos de Aridane, donde confluyen todos los barrancos del Bejenado, no se veía ni rastro de que hubiera corrido lo mas mínimo, y lo mismo pude ver en el Barranco de La Madera, Santa Cruz de La Palma, empiezas caminando desde la ermita de las nieves barranco arriba, 200 metros de altura, y según vas subiendo se empiezan a ver restos de que bajó un hilo de agua por el cauce, y según sigues subiendo ya se van viendo cada vez mas evidencias de mas agua hasta que ya cuando llegas al tramo medio del Barranco, a 900 metros de altura, se veía todo bién escarbado fruto del buén caudal de agua que bajó por el barranco y que no llegó al mar.
Desde luego quizás es el contra mas grande que tenemos en La Palma, esa elevadísima infiltración, que, a parte de resguardar menos humedad en el subsuelo, evita la presencia de fuentes y cursos de agua permanentes de forma muchísimo mas numerosa que los que hay ahora, si La Palma tuviera la antiguedad geológica de Fuerteventura o Gran Canaria por ejemplo, a parte de que potencialmente sería mucho mas verde por tener suelos menos arcillosos, sería como nuestra vecina isla de Madeira, con arroyos y rios en cualquier barranco.