Autor Tema: Memorias de un corredor  (Leído 8447 veces)

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Desconectado Omarspa

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Memorias de un corredor
« en: Diciembre 04, 2012, 00:45:48 »
Buenas,

Quiero compartir con ustedes un breve relato de los pensamientos, sensaciones y en definitiva emociones que he ido acumulando y que he expresado de esta manera.

"No quiero tratar de convencerte de por qué correr es bueno, no voy a tratar de animarte a hacerlo y menos voy a obligarte, faltaría más. Pero sí quiero que al menos me permitas una fracción de tu tiempo y leas estas palabras que hoy te quiero dedicar.

¿Qué es correr? Te preguntarás. Pensarás que correr es una actividad donde el sujeto se mueve de forma monótona, consecutiva, agitada y veloz. Quizás habrás pensado que te hablo de caminar rápido, pero para que nos entendamos, caminar rápido no es correr.
Tal vez pienses que correr es algo aburrido, sin sentido y que no lleva a ningún lugar más allá que al sujeto de un punto A, a un punto B en el menor tiempo posible.
También pensarás que correr es una actividad sucia en la que no haces otra cosa que sudar, ensuciarte, rasgar la ropa, romper las bambas, y un largo etcétera.

A pesar de todo lo que puedas llegar a pensar quiero compartir contigo estas líneas.

Correr no es caminar rápido. La vida ya se rige porque las personas caminan rápido en la monotonía del día a día, para llegar a sus respectivos trabajos, para ir a algún lugar o simplemente para ir a hacer la compra. La vida ya se encarga de agregarnos un día tras día, de hacer que dos días no sean idénticos y de que sin darnos cuenta, el tiempo pase muy veloz.

Y fíjate, acabo de compararte el ejemplo de vivir, con el concepto que tenías tú de correr, como algo (monótono, consecutivo, agitado y veloz). ¿Qué cosas eh? Pero esto no es todo.

Correr no es el simple hecho de dar zancadas. Para llevar a cabo el hecho de correr debe haber una predisposición previa, que no todo el mundo sabe llevar a cabo. Debe estar premeditado. Espero se entienda el hecho de “querer correr” y no de “correr por necesidad”.
Una vez ha vagado la idea por la cabeza, darán comienzo otros nuevos mecanismos.

Correr es la ilusión de ir a la tienda a comprarte la ropa adecuada para hacer este deporte. Pararte frente al espejo con la ropa puesta y pensar: “me estoy haciendo deportista”. Ir al expositor y mirar el sinfín de bambas que utilizar para correr, y lo peor de todo, elegir una cuando sabes que te gustan todas.

Y llegó ese día en el que te plantas en medio de la montaña con tu ropajes a estrenar, las bambas bien atadas, gafas de sol, reloj,… todo está en su sitio para comenzar.
Y empiezas a moverte, comienzas caminando, con miedo a cómo será esa sensación de ir corriendo y, poco a poco, paso a paso, vas cogiendo confianza y ves que puedes dar un paso más, que puedes mejorar el paso anterior y sientes el impulso de abalanzarte y es cuando empiezas a correr. Es entonces cuando un complejo mecanismo comienza a realizar su función dentro de nuestro cuerpo. El corazón se acelera, comienzas a sudar, la respiración se agita,…

De repente, una cantidad ingesta de sensaciones comienza a recorrer tu cuerpo, no sabes qué hacer si seguir o parar, pero no lo dudas, sigues hacia adelante. En este momento, empiezas a sentir la brisa recorrer tu cuerpo, empiezas a sentir como tus pasos se funden con el terreno que pisas y da comienzo la unión con la Naturaleza.

Ahora que te encuentras fundido con ella comienzas a disfrutar. Miras a tu alrededor, empiezas a observar cada pequeño detalle que te rodea. Te sorprendes porque en condiciones normales y un día cualquiera no te habrías percatado de esos detalles. No sabes si reír o llorar, pero no decides parar, sólo continuar.

Ya has alcanzado un buen ritmo y te mantienes constante. Ahora has dejado de observar los pequeños detalles y vas cambiando. Ahora observas cosas más grandes y poco a poco, sin darte cuenta, te ves sobre una gran colina con todo un valle a tu alrededor. Te sientes inferior. Te das cuenta de que eres una piedra en el camino que forma el bosque, que eres una hoja de pinocha en la inmensa Naturaleza.

Y entonces, empiezas a darte cuenta de lo que realmente es correr. Comienzas a ver que correr es salvar obstáculos continuamente, donde vamos cambiando constantemente el ritmo para adecuar nuestro paso al terreno, donde fortalecemos cada uno de nuestros músculos para que la próxima vez que tengamos que superar el mismo obstáculo lo hagamos con mejor habilidad, donde vamos dosificando nuestras fuerzas para poder llegar a la meta, donde a pesar de las condiciones meteorológicas aprendemos a ver por dónde debemos ir porque sabemos encontrar la luz entre la oscuridad, y sobre todo, porque corriendo aprendemos a conocernos a nosotros mismos y a tener una visión más global de lo que nos rodea.

Porque en definitiva, amigo mio, correr es VIVIR."




Saludos,
Omar.
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Re: Memorias de un corredor
« Respuesta #1 en: Diciembre 04, 2012, 19:11:04 »
Buenas

pues me gusta lo que escribiste.